San Lázaro, mi mamá y yo

– Eh, ¿y eso que llegaste tan tempranito hoy?
– Tati, son las 9 y media de la noche
– Sí, pero tú normalmente llegas a las 10 y media…
– Visto así… entonces llegué tempranito
– Te estaba esperando
– ¿Pasó algo?
– No mija, no siempre tiene que pasar algo para que tu madre te espere. Es lo que hacemos las madres
– Verdad, es parte del trabajo…
– Compré las velas para San Lázaro. Apagué la mía para que me dure hasta las 12 de la noche. Ahora enciéndele la tuya.
– Tati, pero si te he dicho un millón de veces que yo no creo en eso, ¿qué sentido tiene encenderle la vela?
– No importa, no te cuesta nada encenderle la vela. Hazlo por mí, dale.
– Bueno, está bien, pero déjame quitarme los zapatos y el pantalón. Estos zapatos parece que acabaron de salir de un campo de maíz
– ¿Y eso?
– Ni idea, mucho polvo en la calle, parece
– Bueno dale, acábale de encender la vela a San Lázaro… y recuerda pedirle algo
– ¿Y qué le pido? Yo soy una persona feliz, ahora mismo no tengo nada que pedirle
– No sé, pídele estabilidad emocional
– ¿Estabilidad emocional?
– Anjá
– No creo, esas cosas no se piden
– Bueno pídele salud
– A ver, ¿le puedo pedir a San Lázaro que me lave los zapatos? Mira la hora que es, estoy muerta de cansancio y ahora tengo que lavar los cabrones zapatos que parece que salieron de un dichoso campo de maíz. Y dale con el maíz…
– No te burles de eso. San Lázaro te va a castigar
– Ahora sí está bueno esto. San Lázaro castigándome a mí; pero ¿no puede hacer algo mejor que castigar?
– Es un decir…
– Dice una amiguita mía que hoy estaban las guaguas desviadas para El Rincón por la tarde. Parece que hay una pila de gente saliendo para allá. Y eso que está leeeeeeejosss
– La gente necesita creer en algo
– ¿Pero tiene que ser en un santo?
– Bueno, dime algo mejor. ¿En qué crees tú?
– ¿Yo?
– Sí, usted
– En mí, en la bondad, en la gente, en lo que pueden lograr muchas personas juntas
– Pero son muchos santos. Ellos también pueden lograr muchas cosas juntos
– Ellos no trabajan. No he leído ningún reportaje en Granma de San Lázaro
– No seas burlona
– Dame un segundo. Déjame poner a calentar el agua que mira la hora que es
– Sí y acábale de encender la vela a San Lázaro
– Pero cuando me bañe, ¿no?. Si se la prendo con churre se pondrá bravo
– !Que Dios te perdone!
– Ya. A ver, vamos a ponerle la vela a San Lázaro, ¿vuelvo a encender la tuya?
– Sí, la mía también. Y pídele algo, que no se te olvide
– Pero cuando yo tenía 13 años, fuimos a ver a los santeros porque tú no te ponías bien. Yo le pedí que te curaran y no lo hicieron, no podían. ¿Por qué quieres que crea en esto ahora?
– Porque no pierdes nada
– Tampoco gano nada
– Bueno, haz lo que quieras, pero acaba de prender la vela. Ya casi son las 12
– Ño, las 12 y mañana tengo clases, uffff qué cansancio!
– Por eso mismo, mientras más rápido salgas de eso, mejor.
– El gato está tocando la puerta. ¿Lo dejo entrar?
– Sí
– ¿Y si se quema con la vela o se come a San Lázaro?
– Bueno, entonces déjalo durmiendo afuera hoy. Por un día no se va a morir
– Gato, hoy te embarcaste
– Jajaja, dale prende la vela
– Ouch… San Lázaro me acaba de apagar el fósforo y de paso me quemó
– ¿Viste? Eso es por no creer

Un minuto después cierro la puerta de mi cuarto. Mi mamá está semidormida. Las velas están prendidas en el piso. «San Lázaro, cuídamela siempre», fue lo único que atiné a pedir, con las manos entrecruzadas y los ojos cerrados.

21 Comments

  1. He vivido la experiencia de en ocasiones no tener para donde virarme, como se dice en buen cubano… y lo único que me ha aliviado del dolor, de la enfermedad, de la tristeza y de tantas cosas, en la FE, ya sea en DIOS, en algún Santo o en algún demonio…
    Es bueno conservar esa FE, y siempre acudir a ella en los momentos difíciles… Ayuda mucho…

  2. Es dificil decir algo.
    Yo sí creo en lo que las personas juntas pueden logar.
    Pero nunca he podido poner fé en algo como un dios, santo, deidad de algun tipo.
    De hecho creo que no confío ciegamente en casi nada. Quizas solo en los familiares y amigos muy muy cercanos
    No me gusta la palabra FÉ, nunca la uso.

  3. La necesidad de creer en algo… Supongo que cada individuo se lo dibuja (o continúa trazando lo que de pequeño le esbozaron) de una forma diferente.
    No le pregunto a los católico, ni a los santeros, budistas, nórdicos, mesoamericanos, hindúes. Se formaría algo tan gordiano que ni sus divinidades interiores podrían desentrelazar.

  4. Hay muchas cosas en las que no creo, pero no soy atea, no podría serlo, necesito creer que existen poderes sobrenaturales!! El misticismo me hace feliz, no obstante, creo más en mi voluntad que en todo lo demás.
    Ela, un besote, me gustó mucho esto.

    Ka.

  5. Hace 4 años hice la peregrinación al Rincón, y ahí entrevisté al difunto padre Arroyo, que me confesó que la Iglesia se oponía al martirologio ese, pero lo respetaba… Del espectáculo impresiona tanto la devosión como el negocio que genera, desde las velas lilas hasta los timbiriches de figuritas de yeso y refresco Butti bautizado… Mi tío le tiene mucha fe al viejito, y yo quiero mucho a los perros…

    1. Hola Charly
      Yo fui una vez también con mis abuelos al Rincón, pero ya te digo, eso no me inspira mucho. Quizás es que estuve en momentos límites y me di cuenta de que no eran la solución de mis problemas. No obstante, respeto a aquellos que ponen su fe en eso y me entristece que alguien utilice la fe para obtener ganancias económicas
      Gracias por comentar,
      E.

  6. Como yo lo veo, y esto es un concepto bastante abstracto: Tener FE no es más que creer en algo sin necesidad de confirmación. Si lo miramos desde ese lado nos sorprenderá la cantidad de cosas en las que creemos, con más o menos fervor, y que no importa si «existen libres e independientes de nuestras conciencias» sólo creemos en ellas y eso no se discute; bueno pues justo eso es la FE. Por supuesto que ha estado asociada siempre a los fenómenos divinos, los milagros y claro está, las vías para conseguirlos; llámense santos, religiones, doctrinas… a saber. Nuestro Martí tenía FE en la posibilidad de ser mejores seres humanos, en que la virtud un día va ser útil, o mejor que eso, considerada como tal. Por estos tiempos todos hemos estado faltos de ella porque muy en el fondo hemos perdido los asideros donde atar nuestras creencias… las estrellas del cielo, pa seguir con en Apóstol. Creo que en lugar de mirar fuera, de pensar en que «alguien» va a venir a salvarnos, en vez de conseguirnos cómplices pa que nos ayuden a acarrear nuestras penas, deberíamos buscarnos dentro y por supuesto creer, aceptarnos, cultivar la FE, la nuestra.

  7. Yo me creo ateo. Creo en mi familia, en mis amigos, en lo que puedo lograr con mi esfuerzo personal. Solo una vez en mi vida he ido al Rincón y fue acompañando a unos amigos, precisamente un 17 de diciembre, y no me gustó lo que ví. Me sentí ahogado y sorprendido por todo lo que ví durante la pregrinación.

    Comparto con ustedes estos enlaces que cuestionan si pierdes o ganas creyendo y me fue muy interesante leerlos:
    http://es.wikipedia.org/wiki/Apuesta_de_Pascal
    http://es.wikipedia.org/wiki/Apuesta_de_Smith

  8. Pues para no creer, le pediste lo mismo que muchos cada año en El Rincón. Yo también le pido que cuide a mi familia.
    La devoción me viene por la rama materna y no me escondo para manifestarla. En este país de tanto sincretismo, quien no crea en absolutamente nada (ni siquiera en un viejo medio loco que una vez…) está «embarcao» como el gato, jajaja.

  9. Elaine, es dificil no creer en nada porque heredamos una tradición religiosa de nuestros padres, (sobre todo los que no somos netamente citadidos), en momentos difíciles uno pone sus esperanzas en cualquier cosa que alivie el alma. A los santos no se les cuestiona tanto como a los amigos, familiares y conocidos y por eso tal vez la gente pone su fe en ellos, lo que no se puede es tener fe en ellos sino la tienes en ti mismo, eso es para mi, lo más importante. De cualquier forma que te quede el placer siempre de haber complacido a tu mamá en algo que no le hace daño a nadie.

  10. Dejando aparte el hecho de si existe o no una entidad sobrenatural que lo creo todo, o parte de todo, o heredo lo que otra entidad creo, o creo todo y luego se cruzo de brazos y dejo su creacion andando sola por su cuenta (y ya se daran cuenta de la cantidad de criterios que habra sobre el asunto, si alguien se molesta en escarbar un poco) persiste el detalle de que el universo, ademas de ser maravilloso, es mas bien asustante….Si uno reflexiona en que somos una especie derivada de otros bichos bastante parecidos a nosotros, pero menos «nosotros» que nosotros, y surgimos tras millones de annos en la porcion mas sequita de lo que muy bien hubiera podido ser un mundo bien resecocon 500 centigrados de temperatura, o enganchado en una edad glacial y con tormentas de arena (nuestros vecinos delante y detras en el sistema solar), y este dulce mundo nuestro esta orbitando una estrellita amarilla tipo G mas bien insignificante, que mira que casualidad, no es parte de un par binario donde los planetas se achicharrarian, y ademas resulta que los nazis no ganaron y otros imperios igual de salvajes han dicho bye bye, y poco a poco la humanidad es un poco mas libre en su conjunto, es dificil sacudirse del hombro la impresion de que hay alguien que esta tratando de decirnos algo….That said, la fe es a veces como vivir casado, o soltero, o juntado, o un rato si y un rato on en cualquiera de las variantes anteriores–esto es, una cosa que funciona para algunoa y para otros no en eso de ayudarlo a uno a vivir. Ho detto.

  11. Yo me considero agnostico…..pero creo en mis fuerzas, perseverancia, tezon, en no dejarme vencer en la adversidad..en superarme contantemente…en el esfuerzo personal…y..no me ha ido nada mal en la vida siguiendo estos principios….

  12. a mí me gusta que se enciendan velas, aunque no tenga a mano casi nunca a qué o a quién se las pongo o se las pone alguien, me encanta cuando la gente prende velas en medio de un campeonato de beisbol o el día del examen final de una nieta, que sé yo… cuando estuve en el Cobre hace unos tres años rodeada de mis amigos, me dejé contagiar por ese instante raro en que se solapan certezas y creencias de todo tipo…, eché mano a unas tijeras cómplices, de alguna otra cubana que regaló su trenza… y me corté un tramito de pelo, dejé en un esquinita un papelito gastado con peticiones de salud para familiares y amigos, en especial para aquellos amigos increíbles que fundé en esos años en Santiago, gracias por tu crónica que sacudió buenos recuerdos…

  13. ¿Creer o no creer?…Esa es la cuestión.
    A fin de cuentas, la FE es un asidero y no una conducta, una forma o un estilo de vida, a veces tan necesaria, hasta para los que suponen que no la necesitan.
    Los hombres colorearon esa FE, le dieron forma y cara, para sentirse seguros en el minuto crítico del desespero, para espantar soledades, para intimidar los miedos, para sobrevivir en medio del caos que aún nos acompaña.
    A veces, hay que estar rozando los límites humanos para darnos cuenta, cuán importante es ese largo brazo que viene de no sé donde, ni hacia donde va, pero que nos deja suspirar aliviados en momentos de temor e incertidumbre. Después de esa experiencia, pocos criticarán a quien lance la primera piedra.
    Dioses, orishas, fantasmas, fetiches, espíritus. Cada cual rebautiza su FE como mejor le funciona en ese juego de comunicaciones con lo esotérico, con lo desconocido, con la esperanza que a muchos se les hace distante en esta perra vida del diario batallar.
    Es bueno -y lo practico a diario- creer en nuestras propias fuerzas, en las capacidades, en las posibilidades intelectuales, y en la capacidad de seguir a pesar de las dificultades. Pero la FE, como en la mamá de Elaine, es como una secreta reserva de energías, para llegar al final, cuando pensemos que ya no somos capaces.
    Bendita la FE que hace mejores a los hombres y a ti, Elaine,……..gracias por acercarte a San Lázaro, con tus zapatos oliendo a maíz.

  14. Bien, yo vivo después de El Rincón. Mi hogar está aún más lejos que el de San Lázaro. Viajo todos los días desde allí hasta la Plaza de la Revolución para encontrarme con la fé en el hombre y otras materias… Sin embargo, ¿quien me quita la súplica esporádica a la Caridad del Cobre para que mande «la botella» que me acerca a mi destino? Así es, a veces los santos ayudan al traslado en la ciudad.
    Me encantó el post, y también el tema.
    Hace tres años asisto a la cita del 17 de diciembre, por compromiso con una amiga. No me arrepiento, el espectáculo es increíble; no sólo el de los creyentes que pierdene el pellejo en el sacrificio, sino el de toda la maniobra para sacarle dinero a la fé: el mes pasado se multiplicaron los timbiriches que venden comida, superaron con creces la venta de flores y velas….increíble!!!
    Saludos

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