#visadenial: Possible emigrant

There is a piece of paper on my nightstand. It rolls and turns up against the recently washed clothes and the bedspread, and the rumpled sheet from a bed that refuses to learn to make itself, to become independent of me, to grow. A paper in black and white with some scribbled signature, which isn’t even the original, but hardly a photocopy of a copy of maybe, three copies later, the signature of an American government official whose name I have not been inclined to memorize.

There is a sentence on this piece of paper. A compound sentence that exquisitely employs irony as the main rhetorical figure. A sentence that tries to explain Law 214, section b — unbeknownst to me until yesterday — where it states that all those who appear for a visa interview to go to the United States are considered possible emigrants until they prove otherwise before the official who conducts the questioning.

So, the official who asked me the questions, or shall I call you Rocco?, let’s do things right. I will use the computer through which he interviewed me — only me and not as part of a survey like he told me — and the Internet connection at my job, because I don’t have one at my house — as I mentioned to you in that strange survey that only surveys one person — to enter for free, without long lines, without leaving my flash drives and without paying the amount of 160 dollars to the United States Interest Section in Havana.

At my interview you did not need to know that I was going to the United States, the letter of invitation from LASA was clipped to the rest of my documents. Nor who financed my trip, the answer was the same. Perhaps it was of some collateral interest for you to know where I had traveled before, why, and for how long. Brazil and Kenya should have seemed like nothing to you. But Rocco, we should have gotten straight to the point at our first unfortunate encounter. My interview consisted of one, single question: why would a young, unmarried woman, without children, with a salary of 578 pesos, who technically lives with her mother, return to Cuba after spending 7 days in the capital of the United States?

My answer would have been short. “I don’t know.” Because it is difficult to explain to you, in those couple of seconds, how you define why you return to Cuba. Almost always it is a rainy instant, right before landing, when you recognize every street, the lights — or the absence of them — the old cars, the sea, and it no longer seems fucked up that it is “everywhere,” and the lines are not in such bad shape, and the streets not that dirty and the buildings of Old Havana are barely writhing because, Rocco, you have come home.

That is the only reason. My home, this place where you feel you will always be safe, lies hidden in kilometer three and a half of Campo Florido and I need to know that the possibility of coming back depends on a Cuban peso and my willingness to struggle with the transportation. The plane reservation or crossing the ocean would cloud my judgment and I could no longer be. Because Cuba, Rocco, is the place where I have become.

You sir, obviously, would not have understood anything. And the end would have been the same. But you would have denied me the visa for just reasons, not for being a possible emigrant, but rather for the insolent behavior of choosing a “communist hell” despite being a young, unmarried woman, without children, with a salary of 578 pesos who technically lives with her mother. We both would have slept in peace.

Translated by: Marianna Breytmann

If you want to translate this post to any other language, just do it ! Let´s spread the post.

5 Comments

  1. Si te sirve de consuelo, no es que Rocco la cogió contigo. Así se manejan ellos. No tienen una lista de requisitos, simplemente debes convencerlos de la manera que se te ocurra de que no te vas a quedar allá.

    A mi hijo con su padre, no les pidieron documentos probatorios de propiedades ni dinero en el banco. ¿A qué van allá? -De paseo a Orlando. ¿Con qué dinero? Y mostraron las reservas del paquete turístico, los recibos de pago y los talonarios. Y eso fue todo. Mi esposo ha tenido visa para USA desde que era menor de edad y nunca se ha quedado.

    Otra cosa que está en la web de la embajada, la visa no significa que vas a entrar. A los tipos del aeropuerto también tienes que convencerlos aunque ya tengas visa.

    Y uf, Brasil y Kenya, eso para los gringos no es muy distinto a Cuba.

  2. A ver ¿Cuál es el país que decidió cambiar o suavizar sus requisitos migratorios después de la pretendida “reforma” en Cuba?. porque amiguísimos del gobierno cubano, como son los gobiernos de Bolivia y Ecuador, lo que hicieron fue endurecer estos requisitos.Con esto de los viajes, siempre he tenido una espinita: me parece que el gobierno cubano siempre estuvo muy consciente de que las normas migratorias de los diferentes países, no iban, ni tenían que cambiar porque a los cubanos se les haya abierto un poco la jaula. Después de medio siglo de cerrazón ¿Cuántos cubanos conoce realmente de los trámites y de las leyes migratorias internacionales; y de los requisitos de visado? Me atrevería a decir que la mayoría los ignora. EEUU declaró que su política en cuanto a trámites migratorios iba a seguir siendo la misma. Otra cuestión no menos importante: ¿El cubano medio puede viajar? ¿Cuántos cubanos tienen poder adquisitivo real para viajar al extranjero sin depender de remesas? Únicamente la camarilla, los jefazos de turismo, algunos macetas, o el que mete la mano hasta el codo, nadie más. El salario mensual de Elaine es, si acaso con una diferencia de centavos, lo que yo gano en una hora de trabajo (Y yo no gano, precisamente, un sueldazo); así que las posibilidades de viaje para un cubano que dependa de lo que gane, son, salvo los viajes en concepto de trabajo estatal, prácticamente nulas. Yo creo que, en medio de todo, el gobierno trata de pasar la pelota y tapar las fallas de su pretendida reforma, que en realidad es más que insuficiente, con el cuento de que, si ahora los cubanos no pueden viajar, la culpa es de los países que les niegan las visas, como si los requisitos que se aplican fueran nuevos, o se aplicaran solo a los cubanos después de la “reforma”. Lo que nadie explica es la visión que se tiene de los cubanos, desde el punto de vista migratorio, en el el extranjero, ni las verdaderas razones por las que se ha llegado a esa visión.
    Y, para que nadie se engañe, no tengo absolutamente nada en contra de que Elaine viniera: esa visita le hubiera despejado muchas o algunas dudas; y me parece que su percepción de algunas cosas hubiera cambiado.. Si regresaba a Cuba, no la criticaría: a mí me gustan las personas con criterio; y si se quedaba, tampoco la criticaría, como no se lo he criticado a ninguno de mis conocidos que lo ha hecho aquí o en otro lado. Lo que me parece desacertado es el enfoque tendencioso y politiquero que se pretende dar a un hecho que sucede todos los días en este mundo, ya sea para entrar a EEUU o a donde sea. Y, finalmente si la cosa es de erigirse en jueces y coger un berrinche, hay que coger mil berrinches primero; y ser mil veces jueces, cada vez que a un cubano se le niega la entrada, o se le pide una visa (O “pasaporte habilitado, que es lo mismo) para entrar a su propia tierra; y de paso también, no vendría mal coger otro berrinchito cada vez que se le pide a un ciudadano extranjero, un pasaporte cubano para entrar a la isla, en franca violación de la Constitución de la República, que estiipula que se pierde la ciudadanía cubana cuando se adquiere una extranjera; y que no admite la doble ciudadanía. Y ¿qué podrán decir entonces aquellos cubanos que, después de pagar un pasaje y gastarse el dineral que cuesta viajar a Cuba, llegan al aeropuerto “José Martí”; y allí les dice un funcionario de la seguridad que no, que fue “un error”, que no pueden entrar a Cuba; y que, teniendo a pocos pasos a la familia que hace años no ven, tienen que volver en el mismo avión en que llegaron, y sin poderles decir ni adiós? Yo creo que, mientras cosas como esas pasen, no tiene mucho sentido ponerse bravo porque un país extranjero, cualquiera que sea, te niegue una visa en un momento dado. La coherencia siempre ha sido una cualidad muy bonita.

Deja un comentario