Tres premios

Cuentan que una bloguera llegó un día a la UPEC, al atardecer, y sin sacudirse el polvo del camino, no preguntó por las planillas para otorgar telefónos, computadoras o cuentas de Internet, sino quién había ganado el Premio Nacional de Periodismo José Martí. Y cuentan que la bloguera, a solas con la página en blanco de WordPress, sonreía cuando leía el nombre, y revivía aquellos primeros días en las aulas de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Y la bloguera hizo bien, porque todos los estudiantes deben querer a Miriam Rodríguez como a una madre. A Miriam, y a todos los que, como ella, convirtieron el oficio en una profesión.

Miriam Rodríguez Betancourt, premio nacional de periodismo José Martí 2010
Miriam Rodríguez Betancourt, premio nacional de periodismo José Martí 2010

Hace siete años subía las escaleras de la Universidad. En esa época, solo conocía una guagua para ir de La Habana Vieja a 23 y G: el P4. Acabada de desembarcar de Campo Florido no sabía cómo conducirse en aquel mundo tan grande, con tanta gente, donde todos, excepto ella, parecían conocer a alguien de la radio e, incluso, de la televisión!!!. Dos o tres meses tardó en ver a Miriam Rodríguez. La profesora humilde, que hablaba despacio, sin atropellar los verbos. De su mano recorrió lo mejor de la entrevista a nivel mundial, quiso ser Oriana Fallaci y terminó, como ejercicio evaluativo, por escribir sus propias entrevistas.

Y la bloguera falló en el primer intento. No sabía de nadie «importante» a quien hacerle preguntas y terminó por interrogar a su tía, la bibliotecaria. El diálogo fue escrito casi de memoria, sin ideas atrevidas, sin usar lo que por casi 4 semanas enseñara la profesora y el regalo fue un 3. El primer 3 de su carrera. A la segunda se esforzó. Tampoco encontró a alguien del «spotlight» para rehacer la conversación. Pero cerca estaba Ulises, una de esas personas que Eusebio Leal convierte en agentes para hacer magia. El resultado fue un 5 y la más importante de las lecciones: «sé honesto».

Rafael Hojas, premio nacional Juan Gualberto Gómez de Periodismo  Digital
Rafael Hojas, premio nacional Juan Gualberto Gómez de Periodismo Digital

Cuatro años después se encontró con Hojas, a secas. Su blog, inaugurado en el año 2005, formaba parte de su tesis de licenciatura. De Hojas le impresionó la mirada honesta y el silencio. Hay quienes hablan como papagallos sólo para escucharse y no consiguen con su verborrea inútil cambiar nada a su alrededor. Hojas hablaba poco y nunca decía «yo».

El problema de convertir a los hombres en héroes es que comienza a palidecer su lado humano. Se erigen como seres perfectos y olvidamos que pueden pasar frío, llorar, sudar, roncar al dormir. Todo lo que los hace iguales a nosotros se escapa y comienzan a dejar de importarnos y a convertirse en parte de otra galaxia, responsabilidad de «los de arriba».

Hojas consiguió rescatar a «los Cinco» y traernos de vuelta a los hombres. Y, por la expresión de sus ojos cuando recibió el premio Juan Gualberto Gómez de Periodismo Digital, no creía que estuviese haciendo, por cuatro años, algo más que cumplir consigo mismo.

Paquito no parece de este mundo. Y no cabe en una sociedad grave, seria. La sonrisa le tapa algunas arrugas y muchas tristezas. Paquito llegó a la blogosfera hace poco tiempo, pero hizo tanto ruido que comentaristas y escritores tuvieron que parar de decir y mirar a este hombre que, desde la redacción del diario Trabajadores contaba temas poco tratados en la prensa cubana.

Paquito, premio nacional de periodismo Juan Gualberto Gómez en prensa escrita
Paquito, premio nacional de periodismo Juan Gualberto Gómez en prensa escrita

A diferencia de otros, Paquito no sermonea. No muestra cifras ni explota la historia de terceros. No hace campañas ajenas, ni repite consignas. En blanco, negro y rojo, Paquito el de Cuba cuenta sus historias, las que vive, las que le duelen, las que tienen que ver con el SIDA y la homosexualidad, por su cercanía, y aquellas otras que no conocía y por las cuales mereció el Premio Juan Gualberto Gómez de prensa escrita.

Mi Paquito de la sonrisa tímida habla de economía, de la sociedad cubana, de los problemas reales que existen por más que algunos traten taparlos con parches; y lo hace desde las páginas de Trabajadores, para aquellos que ni siquiera conocen que existe Internet o la web o un blog; pero que han aprendido a leer y a escribir y a buscarse en las páginas de su diario.

«El corazón se llena de ternura al pensar en ellos». Esos son periodistas, los que padecen en pobreza y desgracia por defender una gran verdad. Los que se cuelan por la rendija de la política editorial y las normas de redacción y sacan a flote la realidad, una realidad, su realidad, porque la realidad, como la sociedad misma, es plural y diversa. Los que pelean por la ambición, por ver sus nombres en las portadas de los diarios, por tener más mando, por el carro y el celular, no son periodistas, sino oportunistas. A los primeros, los de verdad, la gloria los acompaña siempre. Para los últimos, sólo queda el olvido.

9 Comments

  1. Elaine:
    Ver a nuestros maestros cargar en el pecho con el honor del reconocimiento, siempre es motivo de entusiasmo. También Miriam fue mi profesora, en el único año de la carrera que alcancé a cursar, cuando calculo, tú tenías 7 u 8 años, asi que no me esfuerzo en comentarte lo alegre que me sentí cuando supe la noticia.
    A Hojas y a Paquito, merecido premio a su tesón y a su modestia. Ellos, -cada uno reinvindicando lo que cree y lo que ama- se convierten en héroes de verdad, en héroes de nuestra cotidianidad, sin esquemas, sin ínfulas, sin flashes.
    Me uno a tus congratulaciones y a la reverencia humilde, ante quienes se esfuerzan por demostrarnos todos los días que hay un mundo un poco mejor que el que tenemos.
    Miguel

  2. Muy agredecida por este post, quiz’az, como nunca antes, puedo firmar contigo hasta la ‘ultima coma… Me hago c’omplice de la alegr’ia y de los muchos recuerdos y conocimientos que le debemos a Miriam, bien nombrada por Pepe: profesora infinita… No he conocido a alguien con tan fino sentido del humor, con una modestia poco vista en estos tiempos y con una santa complicidad entre sus j’ovenes y no tan j’ovenes alumnos… A Hojas lo conoc’i hace muy poco, en un debate en el que intent’abamos re-descubrirnos en los enREDdos de nuestras web period’isticas, me dej’o otra grat’isima impresi’on y Paquito, lo conoc’i en el primer anno de Periodismo en aquellas pr’acticas en las que vi, por primera vez, mi nombre firmando una noticia, ahora lo redescubro en su blog y admiro, como t’u, esa sonrisa retadora de tristezas, alegr’ias y otras -nuestras-realidades cubanas…

  3. Elaine:
    felicidades para los premiados y para tí, por tu hermosa crónica. Hojas, Paquito y tú son una muestra de la obra de la profe Miriam. Doble felicitación y un beso para ella.

    Edda

  4. Elaine:

    Muy agradecido por tu reconocimiento y respeto hacia mi trabajo. Tienes mucha razón cuando expresas que concibo mi trabajo solo como el deber y nada más. Los verdaderos ganadores del Premio son esos cinco hombres, que en medio del profundo dolor por la injusta prisión, se erigen en baluartes del proyecto digital Cuba Cinco.

    Saludos cordiales

    Hojas

  5. Ela, me encantó tu forma de acercarte a esa vivencia. Me sumo para reiterar la felicitación a una profesora tan talentosa y humana como Miriam Rodríguez, y a mis colegas Paquito y Hojas. Un beso

  6. Miriam solo me dió una conferencia relacionada con el periodismo, pero la conocí mucho antes y en un momento decisivo de mi vida. Ella fue la presidenta de mi tribunal en las pruebas para optar por la carrera, creo que ese ha sido uno de los momentos más difíciles de mi vida: que si olimpiadas en Cuba, que si los boxeadores cubanos, que si la revolución bolivariana y yo con sueños de ariguanabense, de niñita … recuerdo que me preguntó sobre el festival de cine latinoamericano, en mi vida habia vistado un cine de la capital, y tuve que destrozar la pregunta, remover los añicos y sacar una respuesta honesta sobre mi experiencia de Toma Uno y De Nuestra América.
    Conocí a la profe Miriam en su ambiente, en esa ocasión era yo la entrevistada, fue emocionante, plan pin-pon, al menos para mí, me agrada sobremanera este premio, en cuanto lo supe recordé aquel sábado en el que terminaron tantos años de…»yo quiero estudiar periodismo»
    Felicidades Ela por tan linda crónica.

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