Yo creo que la Facultad de Comunicación tiene que dejar de extrañar lo que nunca fue. Y también creo que deberíamos dejar de lloriquear por la generación perdida y por los alumnos de la graduación aquella y por la revista Graffiti, una fiesta del periodismo, la literatura y el pensamiento profundo; o por el humor de Score. Porque si uno se la pasa extrañando las clases de Juan Orlando Pérez pierde de vista lo que tenemos. Y lo que tenemos es tan bueno como aquellos días de Graffiti, solo que más caótico, desordenado, catártico, agónico; como solo podría serlo bajo la era del reggaetón y el trabajo por cuenta propia. Una era descafeinada donde ya ni siquiera alguien “se va”, con todo el tirón de puerta que implica largarse y listo, sino que viajan… Y deberás darle el beneficio de la duda durante dos largos años, al cabo de los cuales ni siquiera te importará el nombre del prófugo de la responsabilidad histórica.
Yo creo que cuando la Facultad de Comunicación deje de extrañar lo que nunca fue, comenzará a gozar la infinita fiesta que se nos escapa antes nuestros atormentados ojos cada día. Cuando dejemos de soñar una FEU a imagen y semejanza de aquella de Yenira Estenoz y Tamara Roselló comprenderemos que los muchachos de ahora, un poco más desnutridos, también vienen a la Facultad a pintar y organizar los Festivales de Cultura los fines de semana, y hacen una ponina con su consumido estipendio para comprar pan con mayonesa y refresco y quedarse hasta por la tarde haciendo origamis de papel blanco. Va y nos da por preguntarles a nuestros reguetoneros estudiantes; que se equivocan todos los días – como cuando la generación virtuosa, lo único que estos tienen Internet para amplificar y escandalizar a mojigatos decisores políticos – quién los mandó a hacer esos bichos con cintas amarillas y te responderán que nadie, que la cosa va por ellos, que es su exposición de fotos por los Cinco sin convocatoria nacional.
Yo creo, también, que hay un periodismo bueno dormido en la biblioteca de la Facultad de Comunicación. Un periodismo redentor, una suerte de aire fresco para los anquilosados Granma y también Juventud Rebelde, Trabajadores, Bohemia y el resto de los medios cubanos. Un periodismo nacido de las urgencias de los últimos cinco años; una mezcla de gente con un talento increíble para captar las esencias y para contar historias. Porque el periodismo cubano se ahogó entre tantas cifras y sobrecumplimientos y frases hechas y olvidó cómo contar historias. Pero hay unos chiquillos con tremendo mal genio, engreídos, vanidosos, desencantados; pero sobre todo aburridos, muy aburridos, que alguna vez, antes de llegar a los medios a repetir rutinas, se largaron al Escambray y escribieron cosas como estas, con el ejercicio de graduación como pretexto:
Con tres días de antelación hay pasajes en la terminal de ómnibus de La Habana hasta la ciudad de Santa Clara. Cuando se llega a la ciudad de Santa Clara, los camiones salen rumbo al Escambray, a donde yo quería ir, a La Macagua, la sede del grupo de teatro. Después de diez días, uno no se quiere ir de esas lomas. Después de diez días aprendes mucho. Demasiado. Cuando hay problemas de gastritis, uno tiene que pasar, como si nada, cerca de un árbol, arrancarle un trocito a una rama, ponerla detrás de la oreja y seguir caminando. El café que viene a la bodega, para que se sepa, tiene un sabor amargo, tiene el color más claro, casi siempre lo mezclan con chícharos; el café auténtico, el café de la montaña, no se parece a ningún otro. El tabaco no se aspira de un tiro. Uno muerde el tabaco, y lo rumia un poco, lo masca a un lado, lo chupa suavemente. El tabaco no se fuma, se disfruta, y la mancha de mamoncillo se quita. Uno espera la siguiente temporada, y da puño en el lugar de la mancha, puño y jabón, puño y agua, y la mancha, señores, desaparece. Hay que prepararse, porque el Escambray te agarra la mano y te jala, te dice ven y mira, te para en una loma y te muestra la vida desde allí.
Ustedes pueden pensar que el párrafo no es para tanto y que lo pudo haber escrito cualquiera. Y, ciertamente, quizás ese párrafo específico lo pudo escribir cualquiera; pero no las 120 páginas que cuentan la historia de teatro Escambray; una historia durísima en un bulto de hojas que nunca saldrá publicado en la Feria del Libro, porque la Feria es mojigata, como el periodismo cubano y como los decisores políticos que se escandalizan con las cosas de los estudiantes como si la Revolución se viniera abajo la próxima semana. En todo caso, habría que preguntarse qué clase de Revolución se viene abajo por tan poco.
Yo creo que la Facultad de Comunicación debería abandonar el luto y la reverencia al pasado de una buena vez y empezar a gozar esa obra de teatro diaria que cuanto más imperfecta, extraña e incomprensible; más real y auténtica resulta.
Aún con mis dudas, co mis resquemores de conservador disfrazado de Ediciones Martes, sentí mi pedazo de feconiano vibrar un par de veces mientras leía esto. Y vaya que hace falta desembarazarnos de la añoranza por el pasado -pasado nebuloso, caldo de la fábula, como todo pasado que se respeto-.
Bso,
R
Exacto. Hay nostalgias que son una ñoñería. Cuando no una mediocridad.
«la Feria es mojigata, como el periodismo cubano y como los decisores políticos que se escandalizan con las cosas de los estudiantes como si la Revolución se viniera abajo la próxima semana»
Me encantó esa parte!
De periodismo no pienso darte lección algúna,no te llego ni a la invitadora cintura pero algo hé leido y por supuesto que siento cierta pena por el periodismo cubano.Fulanita Sanchez tiene toda la razón cuando habla de «reciclaje» en los medios de prensa de la isla,incontables son los días que al abrir un periódico cubano en primera plana se lée:»Hoy hacen 57 años de aquél histórico encuentro entre Menganito y Esperancejo en las lomas de Ceborucál Arriba……»
Si hay algo desleál al perdiodismo y hasta a la razón humana es eso que aparece en Granma de «Fidél siempre tuvo la razón»,es la cumbre de la chicharroneria esculpida y escupida en papél.
Ultimamnente aparecen «noticias» que hablan de «recorridos y marchas reditando la que llevó a aquéllos jovenes de entónces desde Guira de Melena hasta Jutia del este….»..que diablos es eso?…que noticia es esa? en un país inmerso en cambios y que para 2018 no tendrá por primera véz en más de medio siglo un lider del mismo apellido y para lo cuál debemos prepararnos pués ni tenemos cultura politica ni civica ciudadana y no podemos descartar desórdenes sociales y hasta guerra civil (la historia lo ha confirmado).
Una véz me acosté con una periodista que me hablaba de «horizontalidád» en el peridodismo,la palabrita no cae muy bien cuando se está desnudo y lo que debe primar es la «verticalidád»,pero entendí que era la unica manera de que se oyeran las voces de los sinrostro y en nuestro país hasta «ellos» los del podér (el de verdád no el populár) han hablado por nosotros,estamos fritos.
JR para criticar alguito la coje con el administrador de la Cochiquera «Los trés Cerditos» que ha abandonado a los puercos y ya van siete que se han suicidado,que clase de notición!!
Le abrazo profe.
No hay nada mas saludable que vivir en el presente. En el de cada cual, el pasado paso y el future aun no llega. Recien me he dado cuenta que no es tan facil como decirlo. Lo lament eso no trae mas que discucion y paralisi. Si nos dieramos cuenta que solo somos un dimin uto detallle de la historia de la humanidad quizas o tal vez se nos aclara la mente. Solo somos eso. ojala dejemos buenas ideas pero eso lo han hecho muchos, y malas tambien. Esta en nosotros la decision, en quien si no, ? o es que la libre
disposicion de nuestras ideas tambien debe ser controlada, malas o buenas ?