Pestañeo. Vuelvo a hacerlo con más fuerza. El ardor no desaparece, se hace más intenso cada vez. El reflejo me devuelve una masa blanca avanzando hacia la pupila. Vuelvo a pestañear. Sigue doliendo. Avanzo algunos pasos y la claridad me molesta. Está oscureciendo. El dolor se calma. Unas líneas rojas se funden ahora con la masa blanca y la pupila negra.
Alguien me llama. Sus ojos ya no encierran sombras blancas. Las arrugas han desaparecido. Sonríe y sus labios ya no semejan una mueca deforme. Abre la reja. Entro a su casa. Casa. Ya tiene casa. Dos meses antes, su madre vivía en otro bulto de tablas y goteras, hasta que el vecino pasó a engrosar la lista de emigrantes anónimos con propiedades más anónimas e inciertas aún.
Vigiló día y noche al inspector y una madrugada rompió la puerta trasera y entró. Traía de la mano a su anciana madre y su sobrina retrasada mental. “No me quedó otra opción”, me contó aquella noche. “Yo habría hecho lo mismo”, le confesé. “Entra para que veas la casita, mira qué linda la hemos dejado…” Recorro con la vista el lugar. “Ya puede venir un ciclón”. Vuelve a sonreír y yo pienso en Raúl y Juana. Cerca de ellos no habrá ninguna casa deshabitada donde cobijarse. “Aún no, Ana, aún no”, le respondo.
Una pipa de agua se acerca. Va hacia el edificio. “Están trayendo agua porque vienen las rendiciones de cuenta”, comentan desde la otra acera. Hace más de 13 días que no llegaba una pipa y así ha ocurrido en los últimos 10 años. “Quizás la culpa es del bloqueo”, reflexiono. La Asamblea de Rendición de Cuentas está suspendida. Los electores están buscando agua.
“No espere mucho apoyo”, me confiesan desde alguna esquina. “Yo tengo cartas para mandar para todos lados: el Partido municipal, el Gobierno provincial y hasta para Acuse de recibo”. Pobre Pepe Alejandro, Santa Claus con saco vacío de tantas generaciones de cubanos. Recuerdo la frase célebre de la secretaria del Partido Municipal en vísperas de la inclusión de Campo Florido en la provincia de Mayabeque.
“Hace dos años nos dijeron que pasábamos para Mayabeque, y el secretario del Partido dijo que eso era mentira, que era contrarrevolución… Mire ahora, parece que no era tanta mentira”. “En aquel momento eso era lo que había que decirle al pueblo”, argumentó la funcionaria airada por la impertinencia de doce delegados que decían NO. Ya se encargaría el presidente Raúl Castro de redimirlos en las sesiones finales de los debates, en el Palacio de las Convenciones, cuando pusiera a Campo Florido nuevamente en el mapa habanero gracias a la desaprobación por unanimidad del proyecto Mayabeque.
“Y ahora con lo del pollo la cosa sí está en candela”, me confiesa alguien con cierta lástima. “¿Qué pasó con el pollo”?, pregunto. “Ahora hay que despacharlo en trozos, no se puede separar para quitarle el hielo… entonces, si te tocan dos libras, ahora te quedas con una y media y el resto de hielo”. ¿Y los funcionarios? “El bodeguero no lo quiso aceptar, pero vinieron de arriba y le dijeron que tenía que despacharlo así, y la gente lo compró, qué van a hacer, es mejor algo que nada”.
La tensión ocular aumenta. Siento la masa blanca avanzando cada vez más cerca de la pupila. La ceguera forzada podría hacerme callar. Me sigue doliendo. Los médicos me diagnostican “tirijio” y hablan de operar. Pobres, no se han dado cuenta que es impotencia crónica, y para ella no existe cura.
interesante, solo hay que profundizar un poco y zas, Felicidades,
Luis.
Nuestro mundo se compone de impotencias cotidianas, por suerte es continuamente salvado por un millón de gestos y personas que nos recatan sin saberlo. Los días en que nos llegan esas tablas de salvación sentimos que realmente el Ministerio del Disgusto es muy poderoso y funciona a las mil maravillas.
Siempre me he preguntado qué pasaría si el pueblo se une y no hace lo que ordenan de arriba, como comprar el pollo con hielo… Sé que algo es mejor que nada, pero si el pollo se pudriera por exceso de agua, entonces los responsables estarían en problemas…
http://blog.rogertm.com/cuba/propongo-proyecto-de-lineamientos-sociales/1108.html
Saludos
Los lineamientos de Roger, esos si son lineamientos. Tener opciones es una de las cosas esenciales en cualquier sociedad y aquel que te obligue a hacer/consumir algo que el no hace/consume es un inmoral, con todas sus letras.
Sería muy fácil cuando tuvieras a cuatro o cinco supermercados intentando que les compraras el pollo.
Entonces el pollo no vendría congelado, sino fresco.
Porque donde uno solo logre ofertar un pollo recién matado nadie va a comprar la basura congelada.
Es como el tigre del zoológico, el que lo cuida le echa cada día su pedazo de carne podrida, pero el tigre no tiene opción, se tiene que comer ese pedazo de carne pues es el único alimento que tiene, o si, tiene una opción, no comerse el pedazo podrido y entonces se muere de hambre. ¿Le pasara algo al cuidador?, no lo creo. El que tiene que asumir la responsabilidad hace muchos años, nunca la asumido ni la asumirá jamás, siempre habrá otro culpable: el que maneja el camión que trae la carne, el congelador que se utiliza para guardar la carne esta roto y por culpa del bloqueo no hay piezas de repuesto, pasó un ciclón y mató a las vacas, etc, etc….
muy bueno tu comentario alejo
Me fui hace 15 años, y cuando aun no habia plan Mayabeque, ya existian problemas similares, la pipa que no llegaba, el aceite que no venia. Mi madre me decia entonces, «igualito que en los 70s…. que malo esta esto» mientras mi abuela recordaba los trotes para conseguirle a mi tia, la menor, aquel vestidito verde claro para sus quince. 52 años en esto, con las mismas organizaciones de masa ineficientes por naturaleza, porque desde arriba, pasando por el medio, y llegando al fondo, nunca han tenido que rendir verdaderas cuentas. No digo yo impotencia, Elaine, lo unico que puede quedar es la fe y varios millones afuera y otros tantos intentando cruzar muestran que tampoco hay mucha.
Ay los lineamientos, tendria fe si no hubiese escuchado hablar ya de lineamientos antes, y el aceite sigue sin venir.
Pero digamos que son errores, y culpemos a la falta de conciencia. Lo malo es que en Costa Rica, donde vivo hace 15 años, quien trabaja, no pasa los trabajos que pasan los que en Cuba tambien trabajan. Algo anda mal, yo lo supe siempre pero…. silencio, te puede costar la universidad perder tu fe, Evelito, me decia mi padre.
Debe ser «pterigion». Hay que tener una cierta predisposición genética, pero se reproduce por irritación recurrente. Operarse resuelve temporalmente, pero puede reaparecer. Yo tuve uno, consecuencia de 10 años de bicicleta en Cuba, sin protección. Hace unos años que me lo operé
jejejeje me he reido mucho con tu escrito, bueno en realidad un escrito muy serio y real, pero con ese toque de sarcasmo que solo en ocasiones das.
Querida Elaine el patio está igualito que cuando yo lo dejé y ya hace más de 15 años, solo te queda acumular eso que dices impotencia y esa cuando se hace crónica no tiene cura.
no creo que ese pterigio esté para ser operado, eso le ocurre a chicas con ojos tan bellos
Elaine, estoy esperando que termines de pestañear, una, dos, tres veces, concluyas esta serie de reportajes dolorosos y comiences con los capítulos de “Conclusiones”.
Con tantas historias tristes que existen en Cuba terminaremos como en Las Mil y una Noches. O subiremos la cifra.
Si lo tuyo es “tirijio” haz caso de los médicos y entra al quirófano; si es “impotencia crónica” entonces no te angusties, ya verás que un día te curas, y ese DIA llegará.
Elain, la impotencia tiene cura, claro que sì. Como yo lo veo, de a poquito, tu misma te estàs curando. Sigue asì.
Saludos
Gracias E. Muy valiente y muy profundo tu post. Da para mucho debate. Gracias
¿Por qué te sientes impotente si la ineficiencia, la indolencia y la responsabilidad son inherentes al sistema impuesto en Cuba a lo largo de 52 años?
dale duro, ela, eres un faro, te lo juro, felicidades